Páginas: 379
Lo leí en: 14 días
¿Me gustó?: Sí y no
Argumento: Cuarto y último libro de la saga. Tras la aparición de los heechees, estos conviven y colaboran con los seres humanos frente a un enemigo común.
Opinión y comentarios: El libro empezó muy bien, me gustaba, de hecho me lo estaba pasando bastante bien con las aventuras y convivencia entre heechees y humanos, y el eterno protagonista de la historia, Robinette Broadhead, pero en los últimos capítulos se sale bastante el autor de la tangente, se dedica a elucubrar y a filosofar, y se pierde todo el interés en la historia.
Robinette ha muerto, al menos su cuerpo físico, en este libro el que nos narra es su parte digamos no corporal, almacenada en el espacio gigabit, pero aún así sigue teniendo sensaciones corporales, no reales, sino creadas de forma artificial por su programa informático, si lo desea, aunque no lo necesite, puede hacer cualquier actividad de las que hacía antes, incluso comer o hacer el amor con su esposa virtual, teniendo las mismas sensaciones placenteras que si fuera real.
Desde su espacio gigabit, Robinette puede crear cosas, comunicarse con los seres reales de carne, o con los almacenados como él en programas, desplazarse a sitios diferentes, crear escenarios a su gusto, en fin, un paraíso virtual personalizado. Pero sigue teniendo un montón de dudas, de preguntas, de comeduras de tarro, incluso se encontrará con Dios... En resumen, todo muy surrealista .
En general es una saga que me ha gustado mucho, y de la que disfrute hasta casi el final, donde para mi gusto el autor no sabía muy bien como acabarla y al final la pifió.
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