Páginas: 243
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Argumento: Algunas historias sobre la Historia de la lujuria en España.
Opinión y comentarios: Interesante ensayo que va desde la época vistoriana hasta los años 70 de nuestra época. Este libro forma`parte de la serie dedicada a los pecados capitales de la Historia de España.
Dividido en 45 capítulos, veremos la evolución de usos y costumbres y como en diferentes épocas la permisividad o no de la sociedad ha condicionado nuestra conducta sexual. Eso si, siempre hubo picaresca y quien se buscaba las vueltas.
En los albores de la época victoriana, nos encontramos situaciones en las que la desinformación y la ignorancia a veces ocasionaba situaciones disparatadas:
" —Cuando os quedéis a solas tu marido te hará lo que has visto que hacen los perritos con las perritas —alecciona la madre a una novia virginal. Llegado el momento sublime la aterrorizada muchacha le suplica al esposo:
—¡Felipe, por lo que más quieras, cuando estemos pegados lo único que te pido es que no me arrastres por la acera, que solo de pensarlo me da mucha vergüenza!
Con esa inopia, muchas mujeres somatizan su frustración en problemas físicos o mentales que los médicos diagnostican como «histeria femenina»."
"En la Inglaterra victoriana, contemporánea del tiempo que estamos describiendo, la ciencia está más avanzada y la histeria se trata mediante masajes en el clítoris aplicados por el facultativo o un ayudante hasta que la paciente alcanza las «convulsiones paroxísticas» (hoy lo llamaríamos orgasmo) que la deja desmadejada y satisfecha. Fin del problema. Doctor, vuelva dentro de quince días para otro masaje, que no sabe usted lo relajada que la deja.
—¿Me está usted diciendo que el médico masturba a la paciente? —Me imagino la conclusión del lector moderno.
—Pues sí. En términos actuales eso es lo que hace. Por mucha barbaridad que le parezca."
Con una prosa amena, en la que cada capítulo nos levantará mas de una sonrisa y no pocas sorpresas, es este libro además un aleccionador repaso sobre nuestros ancestros y lo que tuvieron que pasar para echar un buen polvete o un quiteme alla esas pajas.
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