Este libro ya es antiguo, llego a mis manos el verano pasado, que es cuando me lo leí, me puso tan mal su lectura que al final tuve que regalarlo.
Durante el primer año de su detención, muchos de los detenidos de Guantánamo no tenían acceso a papel y bolígrafo, por lo que escribían estrofas en vasos de poliestireno, que pasaban de una celda a otra, era una forma de pasar el tiempo, de darse ánimos unos a otros. A partir de 2002, se proporcionó material para escribir a algunos de ellos. Sin embargo, es posible que gran parte de su obra nunca salga a la luz, ya que el ejército estadounidense se niega a permitir su divulgación fuera del campo, alegando que esa poesía “supone un peligro especial” para la seguridad nacional debido a su “contenido y formato”.
El libro recoge la historia de alguno de estos autores de poemas y lo que fue de ellos, las pocas poesias que recoge el libro son las que la censura militar ha permitido que se publiquen a traves de los abogados de los presos.
¿Es cierto que tras la lluvia crece la hierba?
¿Es cierto que las flores saldrán en primavera?
¿Es cierto que las aves migrarán a casa?
¿Es cierto que el salmón contracorriente nada?
Es cierto. Claro que es cierto.
Todo son milagros.
Pero ¿es cierto que un día saldremos de Guantánamo?
¿Es cierto que un día volveremos a nuestro hogar?
Yo viajo en sueños, sueño con regresar.
Y estar con mis hijos, que son parte de mí;
y estar con mi esposa y con los que perdí;
y estar con mis padres,
el corazón más tierno de la tierra.
Sueño con volver a casa,
salir de esta oscura celda.
¿Me oye, juez? ¿Me oye acaso?
Somos inocentes, no hemos cometido pecado.
¡Libéreme, libérenos si aún queda
justicia y compasión en esta tierra!
Osama Abu Kabir
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