La prosa narrativa del autor es muy hermosa, me recordó en algunos trozos sobre todo por sus descripciones de la naturaleza los libros de Gerald Durrel.
Es una historia donde sin ser una novela del genero fantástico, introduce elementos que si lo son, animales extraños y enfermedades misteriosas, como la que le pasa a la protagonista de la historia, que poco a poco se va convirtiendo en cristal. Eso es como una metafora, que recuerda a las enfermedades terminales y el mensaje que transmite de vivir mientras se tenga vida y aprovechar el tiempo cuando no hay tiempo.
La protagonista de la historia prefiere pasar ese tiempo amando y no buscando una cura que sabe que no existe.
Inspirado por los relatos de Hans Christian Andersen, y su sentido de la pérdida y de la fatalidad, el autor ha escrito una historia que mas parece una fabula que una novela.
Los personajes son muy interesantes, Midas, el chico timido que tiene que aprender a desprenderse de su pasado y de la herencia paterna, Carl obsesionado con un amor que perdió y cree poder recuperar persiguiendo un fantasma y Henry Fuwa que encontró un amor que no supo conservar y se refugió huyendo del mundo.
Esta novela es la primera de este autor y un hallazgo literario que ha sido un éxito en varios paises y traducido a varios idiomas. También ha obtenido un premio. Esperemos que el genio narrativo del autor de para escribir mas.
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