Otro relato de vampiros de la época romántica, narrado en primera persona por el protagonista, en esta ocasión el protagonista es un cura que rememora extraños acontecimientos de su juventud.
En este caso la victima (al contrario que en otros relatos de vampiros) es una víctima que se ofrece libremente y consiente en la relación, en este caso con la mujer vampiro de la que se enamora.
Curioso en el relato como se inspira el autor en algunos cuentos clásicos al recrear el beso que devuelve a la vida a la vampiresa (acordemonos de Blancanieves o la bella durmiente de Perrault).
Curioso también como en el relato el protagonista lleva una vida doble, una de dia y otra de noche, sin llegar a entender si la vida que vive de noche es realidad o ficción provocada durante el sueño.
Un relato corto, y a mi entender bastante entretenido, aunque no nos deje muy bien a las mujeres según reza la sentencia final:
"Y he aquí, hermano, la historia de mi juventud. No miréis jamas a una mujer, y caminad siempre con los ojos fijos en tierra, pues, aunque seáis casto y sosegado, un solo minuto basta para haceros perder la eternidad."
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